lunes, 9 de septiembre de 2013

ShotWords contada por Eduardo Martínez

Cuando a finales del pasado mes de enero Carmen Pombero me enroló en ese maravilloso proyecto de ShotWords yo me encontraba en una situación llamémosla delicada. Después de casi diez años de experiencia en el mundo del libro, por esto de la dichosa crisis, en mi empresa habían decidido, y cito textualmente, prescindir de mis servicios. Así que aquí me encontraba yo, con la que está cayendo, acercándome a los cuarenta y con la responsabilidad de sacar adelante a un hijo. En esas estaba cuando, como ha mencionado antes, Carmen  Pombero me invitó a sumarme a ShotWords.

Mi primera impresión fue de auténtico vértigo. Es cierto que había colaborado con Carmen en algunos proyectos como asesor histórico (a fin y al cabo soy historiador de formación), que en un pasado había tonteado con el mundo del fandom literario y que seguía escribiendo de tarde en tarde como afición. Pero de esto a saltar a un proyecto con escritores profesionales, gente que se gana la vida con la escritura y tiene su carrera y su prestigio, media un enorme abismo. Sin embargo Carmen me hizo ver las cosas de una forma muy distinta. Y es que en este proyecto, gracias a mi perfil de “friki”, tenía cosas que aportar. Me demostró que mis casi tres décadas de jugador de rol, mi afición a las videoconsolas y el ocio electrónico, o mi pasión por el mundo del cómic, sumado todo ello a mi experiencia en el mundo del libro y mis pinitos literarios, me habían otorgado unos conocimientos y una experiencia que me colocaban en una posición privilegiada para entender de primera mano las nuevas formas de contar historias.

Así que solventadas las dudas, y aventurándome en un mundo de incertidumbre económica, arranqué con ilusiones renovadas este apasionante proyecto.

Durante los últimos ocho meses he participado de forma activa en esta bitácora en un trabajo de estudio e investigación de las nuevas formas de contar historias, en el que la narrativa transmedia de la que tanto hemos hablado no es más que una de las puntas de lanza. Porque las nuevas tecnologías han cambiado para siempre la forma tradicional de contar historias, y a los creadores nos han otorgado herramientas que permiten, como decían en Star Trek, “hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar”. Pero al igual que ocurría con el Enterprise, para llegar a esos lugares hace falta una buena tripulación. Y es que el trabajo necesario para el desarrollo de universos narrativos, y los conocimientos en diversas áreas son tan enormes, que se requiere de un equipo. Las nuevas formas narrativas hacen menos cierto ese axioma que dice que el trabajo de escritor es el más solitario del mundo (un punto a favor de los fareros). En este respecto tengo que destacar el enorme honor que ha sido para mí realizar esta labor con dos profesionales como Carmen Pombero y Daniel Corpas, tengo que agradecer todo lo que he aprendido de ellos, y espero humildemente haber aportado algo de mi propia cosecha que a ellos les haya mejorado.

Amén de la labor de esta bitácora, el cual nos ha servido en muchos casos como carta de presentación, y tras desestimar el branded content por los motivos que Carmen expuso en la anterior entrada, ShotWords comenzó su andadura con un proyecto teatral que, a pesar de lo enormemente novedoso del formato y de su gran potencial para ser transmediado, en su concepto estaba más cercano a las formas narrativas tradicionales. Esperemos que algún día podamos ver estrenado dicho proyecto teatral porque supondría un enorme revulsivo en la forma de concebir los espectáculos de teatro musical.

Terminado este trabajo que nos ocupó un par de meses nos metimos ya a fondo con el que es nuestro hijo predilecto, SINARQUÍA, un universo narrativo transmedia surgido de un antiguo proyecto televisivo de Carmen en el que la asesoré como historiador. Durante el último medio año hemos trabajado muy duro para construir un universo en el que hemos aplicado todo cuanto hemos aprendido en nuestro trabajo de investigación de proyectos que triunfaron y, sobre todo, que fracasaron. Hemos tenido nuestros roces, lo cual es natural cuando hablamos de gente que jamás ha trabajado junta, y seguimos limando asperezas a diario para conseguir acoplar un equipo de trabajo que, y en eso hablo de mis compañeros Carmen y Daniel, está cargado de talento e ilusión.

Somos conscientes de las enormes limitaciones que tiene España y su “industria” cultural a la hora de levantar un proyecto transmedia tan ambicioso como es SINARQUÍA, pero tenemos una fe ciega en esta historia. Sabemos a ciencia cierta del enorme potencial que tiene la historia que queremos contar, el universo narrativo que estamos construyendo y que estamos a punto de presentar. Un universo nacido de nuestra cultura milenaria que por su universalidad puede y debe trascender las fronteras. Creemos firmemente que SINARQUÍA os va a enamorar tanto como nos ha enamorado a nosotros.

Si nos has seguido los últimos meses, si hemos logrado llamar un poco tú atención, si te gustan las buenas historias, tan solo te pido un poco más de paciencia. Tan solo tienes que esperar dos semanas a partir de hoy para que te revelemos que es SINARQUÍA…