Cualquiera que conozca mínimamente el actual mundo de los videojuegos puede afirmar que, a día de hoy, no es cosa de niños. Los presupuestos que manejan los grandes estudios de desarrollo, y las mareantes cifras de recaudación de los grandes lanzamientos de cada año, constatan que el ocio electrónico es ya el que más dinero mueve en el mundo. Por dar una cifra que sirva de ejemplo, el último videojuego de la serie “Call of Duty” recaudó quinientos millones de dólares solo en el primer día de ventas. En el total de la serie de juegos, con algo más de cincuenta y cinco millones de ejemplares vendidos, la cifra sobrepasa de largo los tres mil millones de dólares de recaudación.
Este fenómeno no solo se explica por los grandes avances
técnicos en materia de ocio electrónico. Tras todos y cada uno de esos títulos
exitosos hay un guion magnífico, que es capaz de adaptarse al enorme potencial
de esta nueva forma de narrar historias. De entre los títulos que se han
convertidos en franquicias millonarias, hay uno que destaca por ser un claro
ejemplo de narrativa transmedia. No hablo de otro que del Assassin´s Creed.
En noviembre de 2007 el estudio de desarrollo de
videojuegos de Ubisoft en Montreal lanzaba al mercado el primer título de la
serie Assassin´s Creed. En dicho juego el jugador tomaba el papel de un joven
camarero, Desmond Miles, que tras ser secuestrado por una corporación
farmacéutica llamada Abstergo, se convertía en un sujeto de pruebas de una
nueva máquina, el Animus, capaz de “bucear” en la memoria genética de los
individuos. Según avanzaba el juego el jugador descubría que Desmond Miles era
descendiente de Altaïr Ibn La-Ahad un miembro de la secta de los Asesinos
durante los años de la Tercera Cruzada. Secta que lleva siglos embarcada en una
guerra silenciosa con otra organización secreta, los Templarios, por el control
de un artefacto de extraordinario poder, el Fruto del Edén.
El jugador que desee conocer la historia de Desmond y de
esa lucha que a día de hoy continua entre las dos grandes organizaciones
secretas, puede hacerlo jugando los hasta ahora cinco títulos principales de la
serie. A través de ellos participamos de algunas de las anteriores
encarnaciones de Desmond (el carismático asesino florentino Ezio Auditore
durante los años del Renacimiento italiano, o el mestizo Connor
Kenway/Ratohnhaké:ton durante la guerra de independencia americana), y
descubrimos el hilo principal de la trama. Pero no toda la historia. En Ubisoft
tuvieron claro desde el principio el potencial de la misma, y de las grandes
ventajas de la narrativa transmedia.
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