lunes, 19 de mayo de 2014

Sigue nuestros pasos


Han pasado siete largos meses desde la última entrada en esta bitácora primigenia de ShotWords, y muchas cosas han ocurrido desde entonces. En este tiempo de silencio muchos de los que nos leíais nos habéis preguntado por el motivo de esta aparente inactividad. Lo cierto es que hemos empleado estos meses, y la experiencia adquirida en nuestro trabajo de investigación que fue plasmándose en esta bitácora, en el desarrollo de ShotWords Transmedia S.L., la editorial transmedia que ahora somos. Un trabajo que ha visto la luz, corregido, ordenado y aumentado, en forma de libro electrónico que puede adquirirse en la tienda Kindle de Amazon.


Durante todo este tiempo de silencio hemos crecido formando un nuevo equipo de trabajo con profesionales de reconocida trayectoria. Hemos aplicado nuestros conocimientos y experiencia, trabajando de forma intensa en el desarrollo de cuatro universos narrativos transmedia, La Tabla de Salomón, Circus, Anita Cazafantasmas y Penumbra; tres de los cuales verán la luz en las próximas semanas. Un trabajo colosal, que ha acaparado todo nuestro tiempo y atención.


Sin embargo en las últimas fechas, mientras ultimamos los detalles del lanzamiento de nuestros universos, hemos llegado a la conclusión de que el trabajo de investigación y análisis que se desarrolló aquí puede y debe continuar. Vuestro interés en forma de mensajes a través de las redes sociales, así como las sorprendentes estadísticas de visitas que sigue teniendo esta bitácora, así lo indican. Y, porque no, también por nuestra innata curiosidad.  Así que desde aquí os anunciamos, para todos aquellos que nos habéis perdido la pista, que ShotWords estrenará en breve su bitácora 2.0, y lo hará ya en su página oficial www.shotwords.com


En dicha páginas, además de poder estar al día de todas las novedades de nuestros universos narrativos, una vez por semana continuaremos analizando el apasionante presente y futuro de las formas narrativas.



Solamente nos resta daros las gracias por vuestra fidelidad, e invitaros a seguirnos en nuestra página oficial

martes, 22 de octubre de 2013

Mirando al futuro

Puede que a quienes nos seguís os extrañe nuestro silencio de las últimas semanas y más cuando estábamos a punto de presentar nuestra experiencia narrativa transmedia. Lo cierto es que recientemente  se han producido cambios repentinos que nos han llevado a replantearnos la situación y tomar decisiones.

Nuestro colaborador y amigo Daniel Corpas ha tenido que dejarnos por la imposibilidad de compaginar ShotWords con un proyecto empresarial propio. Desde aquí le deseamos toda la suerte del mundo, que se la merece. Los que quedábamos, Carmen y Eduardo, hemos cogido el toro por los cuernos y, haciendo valer la experiencia de estos meses, nos disponemos a lanzar el universo transmedia desde nuestra propia plataforma que en estos momentos se encuentra en desarrollo. Las nuevas incorporaciones, como la de Daniel Strombeck en el diseño gráfico y audiovisuales, son el primer paso para crear un entorno Web que ha de acoger la mayor experiencia jamás creada en España.

Llegados a este punto damos por finalizada esta bitácora que pronto verá la luz en forma de libro electrónico y la dirección www.shotwords.como en breve acogerá este nuevo perfil profesional como la primera editorial española dedicada a la creación, producción y distribución de experiencias narrativas transmedia y de ciberlitartura.

Y como avance, aquí os dejamos....






lunes, 23 de septiembre de 2013

EMPIEZA LA AVENTURA...


Hará algo así como dos años mis compañeros habituales de TV los guionistas Antonio Hernández Centeno y Adela Gutierrez y yo andábamos inmersos en la búsqueda de nuevas ideas para desarrollar en formato miniserie. Adela y yo estábamos muy interesadas en abrirnos a nuevos géneros como la aventura, lo paranormal y la ciencia ficción, géneros por los que las cadenas empezaban a mostrar cierto interés (EL BARCO, PIRATAS, LA FUGA...). 

Logo de la serie PIRATAS de T5
Había conocido a Eduardo Martínez en la guardería de nuestros hijos y coincidimos allá por septiembre del 2011 en el cumpleaños de un amigo de los niños, justo cuando me encontraba en esta búsqueda. Durante la celebración hablamos de nuestra afición común a la literatura de género, la historia de España y los deseos de Eduardo de escribir narrativa, así que le propuse ser nuestro colaborador en TV. 

Uno de los géneros en los que Adela y yo estábamos más pez era en el de aventuras, pues queríamos encontrar un personaje de nuestra historia tipo Rey Arturo para desarrollar una miniserie de aventuras o una serie tipo HÉRCULES y no dábamos con ninguno. Le consultamos a Eduardo, que nos propuso algunos nombres enmarcados en la época de las guerras entre moros y cristianos, pero no nos convencieron por distintos motivos. Entonces, a mi se me escapó un pensamiento: "ojalá tuviésemos en España algo tipo El Santo Grial y entonces crearíamos un personaje a lo Indiana Jones para buscar la reliquia". Fue ahí cuando Eduardo nos contestó que sí que teníamos un Santo Grial, una de las reliquias del templo del Rey Salomón se suponía en España, perdida desde hacía más de doce siglos...

Tabla Redonda y Santo Grial
Eduardo nos preparó un informe de varias páginas acerca de la reliquia, algunos pasajes con cierto respaldo por parte de los historiadores y otros a partir de leyendas... Fue decisivo para nosotros la parte en la se llegaba a la Segunda República, donde sucedía algo que sin duda era digno de la mejor película de aventuras Made in Hollywood. Elaboramos un proyecto de miniserie a partir de ese incidente. Lo presentamos a un par de productoras y encontramos la colaboración de un director de TV de renombre para respaldar el proyecto. Pero no salió porque la crisis ya estaba acojonando a las productoras a la hora de hacer grandes inversiones como la que requería esta miniserie. Pero además, la historia era tan grande que se nos iba de las manos y nos quedábamos sin espacio para contarla...

Y llegó la transmedia. Bueno, antes de ella la crisis y el fracaso de algunos de los experimentos de género de las cadenas que hicieron que éstas se retractasen y volviesen a la vieja formula de melodrama, comedia costumbrista o serie ambientada en la Guerra Civil. La puesta en marcha de ShotWords supuso la recuperación de este “nuestro Santo Grial” que nos resultaba ideal para desarrollar una transmedia por su largo recorrido espacio-temporal, por sus características de aventura vinculada con la historia y sus enigmas; con malos y buenos que iban desde sectas y órdenes religiosas hasta reyes contra nobles, pasando por moros y judíos; traiciones varias y una serie de edificios tan misteriosos como emblemáticos... 


A partir de aquí, la aventura para crear este universo está siendo excitante y tortuosa a la vez. Pasos en falso que llevan a errores, pero también muchos aciertos... Una intensa lectura, escribir más todavía, investigar tanto en Internet como en los libros de historia... Aprender sobre este Grial al tiempo que aprendemos a construir transmedia, una transmedia que no es exactamente como nos cuentan los manuales, los meet up o los expertos en marketing, sino esa otra en la que el protagonista no es la plataforma ni la campaña de publicidad sino la historia en sí y que requiere por lo tanto de un gran ejercicio de concentración, una extraordinaria capacidad para crear argumentos y unas mentes organizadas y claras para construir ladrillo a ladrillo el que sin duda es el universo más complejo jamás creado en Europa.


SINARQUÍA fue el primer nombre adoptado pues llevaba implícito algo que todos necesitamos en occidente y que estaba estrechamente relacionado con la reliquia: una nueva forma de gobierno lejos de democracias que no lo son en absoluto, comunismos alineantes y capitalismos corruptos... Sinarquía es gobierno de sabios, gobierno justo, conocimiento con mayúsculas, ese que precisamente los países se esfuerzan por mutilar pues cuanto menos sabios seamos más manejables seremos. En reuniones posteriores, sin embargo, hemos descubierto que el nombre de Sinarquía es válido quizá no para toda la parte del Universo, sino para una de ellas, aquella que más necesitará de vuestra colaboración. 

¿O es que tú no quieres cambiar el mundo en el que vives?

Como en esta bitácora hemos venido compartiendo una parte de nuestro trabajo, el que se centraba en la investigación de nuevos formatos en la narrativa del siglo XXI, ahora vamos a compartir con vosotros la segunda parte de nuestra aventura, aquella que consiste en crear uno de esos nuevos formatos, un Universo Transmedia en mayúsculas, cuyo nacimiento podréis seguir aquí paso a paso...





lunes, 16 de septiembre de 2013

ShotWords contada por Daniel Corpas

“¿Shotwords? Un disparo de palabras es un concepto sugerente ya de entrada. ¿Transmedia? Bien, todo el mundo habla de ello pero intuyo cierta confusión en torno al término…”. Éstas quizá fueron las primeras ideas que brotaron en mi cabeza allá por febrero, cuando Carmen Pombero me habló de este proyecto. A ella la conocí literalmente el siglo pasado, en 1999, cuando ambos nos formábamos en la EICTV de San Antonio de los Baños, Cuba. Después coincidimos muy puntualmente, aunque a lo largo de estos últimos años nuestras trayectorias han discurrido hasta cierto punto de forma paralela: ambos acabamos en Madrid ganándonos la vida como guionistas de TV, pese a que su gran vocación, creo, es el teatro, y la mía (esto sí lo sé) la literatura.   

De hecho cuando Carmen me abrió la puerta a Shotwords yo estaba en un punto curioso, y delicado, de mi carrera, tras más de dos años sin ingresar ni un solo euro. Y es que a fines de 2009, tras una larga temporada de intenso trabajo, decidí hacer un paréntesis y tomarme unos meses sabáticos. A veces en la vida uno necesita parar, levantar la cabeza y tratar de ver las cosas en perspectiva. Da miedo, porque nadie te asegura que no estés cometiendo una grave equivocación, pero yo podía permitírmelo y lo hice. Marché unos meses a Nueva York, ciudad que desconocía, y a mi regreso decidí que había llegado el momento de acercarme a la literatura, hacia la que siempre había sentido un respeto casi reverencial. Quité el tapón y los relatos fluyeron, cientos de páginas que me mantuvieron un buen rato encerrado en casa, disfrutando íntimamente la escritura pero también un poco ajeno a la realidad.

Y la realidad era que se me agotaban los ahorros, al principio un colchón bastante mullido, al final una raquítica e incómoda esterilla sobre la que era imposible descansar. Había llegado el momento de buscar un trabajo que no aparecía por ningún sitio. En febrero de 2012 la situación no era aún desesperada pero sí preocupante, dada la parálisis que aquejaba al sector televisivo: la crisis afectaba de lleno a la inversión publicitaria, lo cual se traducía en ausencia de nuevos proyectos y una larga fila de profesionales en paro. Mal panorama. Tocaba agudizar el ingenio.

Retomé el contacto con Carmen, cuya mente inquieta había llegado a las mismas conclusiones que la mía: la narrativa estaba evolucionando y buscaba nuevos cauces, obligada por la difícil coyuntura económica pero al mismo tiempo impulsada por Internet y la explosión tecnológica. Igual que la TV, el cine languidecía, acosado por los recortes, la incoherencia del modelo y, todo hay que decirlo, la falta de calidad; tampoco el mundillo editorial andaba muy boyante, obcecado en demonizar al ebook en vez de concentrar esfuerzos en hacer autocrítica y adaptarse a los cambios.

Hoy, seis meses después de iniciada la aventura Shotwords, muchas horas de trabajo y reflexión me permiten afirmar que el contexto es, en efecto, apasionante: hemos analizado un buen número de universos transmedia y hemos rastreado una red en ebullición en busca de fenómenos como Moderna de Pueblo o Hijos de Mary Shelley. La sociedad y la vida en general se han hecho más complejas, y por tanto la narrativa, que es nuestra forma de entenderlas, también.  

Esto es una metáfora muy personal, pero como narrador me siento partícipe de una suerte de conquista de Oklahoma: todos en línea, a la espera del pistoletazo de salida, y a nuestros pies un inmenso territorio ignoto, la narrativa del siglo XXI, a la espera de que los más atrevidos planten su bandera.

Es un privilegio vivir en esta época tumultuosa en la que lo viejo no termina de morir y lo nuevo no termina de nacer. Y sobre todo es un placer, y un continuo proceso de aprendizaje, compartir el viaje con Carmen y Eduardo, el tercer vértice de Shotwords, que me ha descubierto que la narrativa puede ser el más divertido de los juegos.

Paradójicamente, la enseñanza fundamental que he extraído de la experiencia Shotwords es que de algún modo ya está todo inventado desde Homero (¿acaso no es la Odisea un spin-off de la Ilíada?). Por tanto ésta es mi única certeza de cara al futuro: una historia transmedia debe ser ante todo una buena historia. Y en estos tiempos inciertos, más que nunca, el ser humano precisa de buenas historias.

Por ello, y para no quedarnos en la pura especulación teórica, el próximo lunes os presentaremos una en la que hemos invertido toda nuestra ilusión y todo nuestro oficio: SINARQUÍA. Esperamos no dejar indiferente a nadie.         

lunes, 9 de septiembre de 2013

ShotWords contada por Eduardo Martínez

Cuando a finales del pasado mes de enero Carmen Pombero me enroló en ese maravilloso proyecto de ShotWords yo me encontraba en una situación llamémosla delicada. Después de casi diez años de experiencia en el mundo del libro, por esto de la dichosa crisis, en mi empresa habían decidido, y cito textualmente, prescindir de mis servicios. Así que aquí me encontraba yo, con la que está cayendo, acercándome a los cuarenta y con la responsabilidad de sacar adelante a un hijo. En esas estaba cuando, como ha mencionado antes, Carmen  Pombero me invitó a sumarme a ShotWords.

Mi primera impresión fue de auténtico vértigo. Es cierto que había colaborado con Carmen en algunos proyectos como asesor histórico (a fin y al cabo soy historiador de formación), que en un pasado había tonteado con el mundo del fandom literario y que seguía escribiendo de tarde en tarde como afición. Pero de esto a saltar a un proyecto con escritores profesionales, gente que se gana la vida con la escritura y tiene su carrera y su prestigio, media un enorme abismo. Sin embargo Carmen me hizo ver las cosas de una forma muy distinta. Y es que en este proyecto, gracias a mi perfil de “friki”, tenía cosas que aportar. Me demostró que mis casi tres décadas de jugador de rol, mi afición a las videoconsolas y el ocio electrónico, o mi pasión por el mundo del cómic, sumado todo ello a mi experiencia en el mundo del libro y mis pinitos literarios, me habían otorgado unos conocimientos y una experiencia que me colocaban en una posición privilegiada para entender de primera mano las nuevas formas de contar historias.

Así que solventadas las dudas, y aventurándome en un mundo de incertidumbre económica, arranqué con ilusiones renovadas este apasionante proyecto.

Durante los últimos ocho meses he participado de forma activa en esta bitácora en un trabajo de estudio e investigación de las nuevas formas de contar historias, en el que la narrativa transmedia de la que tanto hemos hablado no es más que una de las puntas de lanza. Porque las nuevas tecnologías han cambiado para siempre la forma tradicional de contar historias, y a los creadores nos han otorgado herramientas que permiten, como decían en Star Trek, “hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar”. Pero al igual que ocurría con el Enterprise, para llegar a esos lugares hace falta una buena tripulación. Y es que el trabajo necesario para el desarrollo de universos narrativos, y los conocimientos en diversas áreas son tan enormes, que se requiere de un equipo. Las nuevas formas narrativas hacen menos cierto ese axioma que dice que el trabajo de escritor es el más solitario del mundo (un punto a favor de los fareros). En este respecto tengo que destacar el enorme honor que ha sido para mí realizar esta labor con dos profesionales como Carmen Pombero y Daniel Corpas, tengo que agradecer todo lo que he aprendido de ellos, y espero humildemente haber aportado algo de mi propia cosecha que a ellos les haya mejorado.

Amén de la labor de esta bitácora, el cual nos ha servido en muchos casos como carta de presentación, y tras desestimar el branded content por los motivos que Carmen expuso en la anterior entrada, ShotWords comenzó su andadura con un proyecto teatral que, a pesar de lo enormemente novedoso del formato y de su gran potencial para ser transmediado, en su concepto estaba más cercano a las formas narrativas tradicionales. Esperemos que algún día podamos ver estrenado dicho proyecto teatral porque supondría un enorme revulsivo en la forma de concebir los espectáculos de teatro musical.

Terminado este trabajo que nos ocupó un par de meses nos metimos ya a fondo con el que es nuestro hijo predilecto, SINARQUÍA, un universo narrativo transmedia surgido de un antiguo proyecto televisivo de Carmen en el que la asesoré como historiador. Durante el último medio año hemos trabajado muy duro para construir un universo en el que hemos aplicado todo cuanto hemos aprendido en nuestro trabajo de investigación de proyectos que triunfaron y, sobre todo, que fracasaron. Hemos tenido nuestros roces, lo cual es natural cuando hablamos de gente que jamás ha trabajado junta, y seguimos limando asperezas a diario para conseguir acoplar un equipo de trabajo que, y en eso hablo de mis compañeros Carmen y Daniel, está cargado de talento e ilusión.

Somos conscientes de las enormes limitaciones que tiene España y su “industria” cultural a la hora de levantar un proyecto transmedia tan ambicioso como es SINARQUÍA, pero tenemos una fe ciega en esta historia. Sabemos a ciencia cierta del enorme potencial que tiene la historia que queremos contar, el universo narrativo que estamos construyendo y que estamos a punto de presentar. Un universo nacido de nuestra cultura milenaria que por su universalidad puede y debe trascender las fronteras. Creemos firmemente que SINARQUÍA os va a enamorar tanto como nos ha enamorado a nosotros.

Si nos has seguido los últimos meses, si hemos logrado llamar un poco tú atención, si te gustan las buenas historias, tan solo te pido un poco más de paciencia. Tan solo tienes que esperar dos semanas a partir de hoy para que te revelemos que es SINARQUÍA… 

lunes, 2 de septiembre de 2013

ShotWords contada por Carmen Pombero

Hace casi tres años, mi marido y yo iniciamos ShotWords como una editorial digital, nada convencional, que debía servir de punto de encuentro entre escritores y artistas, en especial videocreadores, fotógrafos e ilustradores. Entonces no lo sabíamos, porque conoceríamos el término más tarde, pero estábamos creando una editorial de ciberliteratura. Tras un año de duro trabajo de investigación y formación, nos dimos cuenta de que no queríamos ser editores. En realidad, la narrativa para mi era un hobby y para él la fotografía y el diseño una afición. No merecía la pena hacernos empresarios en un sector además tan desconocido para nosotros. Aunque no dimos de baja ShotWords, el proyecto quedó dormido mientras ambos nos volcábamos con fuerza en nuestras carreras profesionales. 

En Junio de 2012, la crisis dio de pleno en el sector audiovisual por razones de todos conocidas. Yo me aventuré a desempolvar mi otro perfil profesional, el de productora, haciendo un curso de lo que ahora se llama Gestión Cultural, organizado por la Escuela de las Artes, en el Círculo de Bellas Artes y gestionado por la Universidad Carlos III. El curso se centró en los nuevos horizontes que se abrían para la cultura gracias a la Web 2.0. Y allí fue donde escuché por vez primera términos como branded content  y transmedia. Le propuse a mi marido aplicar lo aprendido en el curso no para buscar trabajo sino para ser una emprendedora y reconvertir ShotWords en una empresa dedicada a la creación de contenidos para branded content y transmedia. Él acababa de aceptar una oferta de Stage Entertainment como director técnico de la gira de B&B y le era imposible acompañarme, aunque se prestó a que SW fuese una filial de su ya montada estructura empresarial Plight and Me, para así ahorrarme ese paso.

No era posible hacer esto sola. Una empresa 2.0 requiere de mucha tiempo en las redes sociales, yo reconozco que no soy una adicta a ellas, y además, para el branded content se necesita más de una menta con chispa. En cuanto a la transmedia, yo tenía claro que universo quería contar y para ello me haría falta un ejército...

El primero en incorporarse al proyecto ShotWords fue Daniel Corpas, con el que coincidí en Cuba años atrás y que andaba buscando trabajo. Él, que tiene bastante iniciativa, ya estaba con la idea del branded content en la cabeza. Además, es un escritor de palabra hábil y buen dominio de las letras. Un mes después se incorporó Eduardo Martínez, a quien yo conocía del colegio de mi hijo y que acababa de quedarse en paro. Eduardo ya había colaborado conmigo como asesor histórico en proyectos audiovisuales, era una gran conocedor de los juegos de rol y de los video juegos y también hacía sus pinitos como escritor de novelas fantásticas.

El primer proyecto que abordamos no tuvo nada que ver con transmedia ni branded content, sino con musicales, ya que mi marido había visto un formato en el extranjero que quería adaptar a España. Como era algo novedoso, un híbrido entre teatro y cine con posibilidades tanto transmedia como de branded, decidí acometerlo con ShotWords en vez de individualmente para así intentar posicionarnos. Al final éste ha sido el único proyecto teatral que hemos escrito desde ShotWords, ya que para proyectos futuros mi marido y yo hemos creado recientemente ILLUSION STAGE.

Nuestra idea de hacer branded content quedó desestimada cuando me di cuenta de la precariedad con la que se estaba haciendo en España. No me interesaba relacionar un proyecto que quería ser innovador y rico con una técnica de marketing que se aplicaba en el sector audiovisual de forma tan precaria y cutre. Tras varias discusiones con Daniel y Eduardo, redireccioné ShotWords en un proyecto colectivo de creadores de universos transmedia. Les convencí para volcarnos por completo en la creación de nuestro gran universo, SINARQUÍA, al tiempo que creábamos un blog en lugar de una web para así poder tener pleno acceso diario a los contenidos. Aquí hablaríamos de todo lo que estaba pasando en la narrativa a raíz de la Revolución Tecnológica y la Web 2.0, ya que la transmedia tiene en ambas su razón de ser. La idea del blog era darnos a conocer en las redes para cuando SINARQUÍA estuviese lista, y hacer partícipe a la gente de lo que en todo el mundo se hacía en narrativa aplicada a las nuevas tecnologías y las redes sociales.

No solo redireccioné a lo que nos íbamos a dedicar sino también el tipo de proyectos que íbamos a abordar, tanto temática como estéticamente, para tratar de crear así una marca única y exclusiva. Lo que también me llevó a más de una discusión con el equipo...

El trabajo de investigación que hemos venido haciendo para la bitácora nos vino muy bien para poder afrontar nuestro propio universo, ya que nos permitió entender el porqué de los éxitos y fracasos de otros universos transmedia y los entresijos  de los proyectos narrativos digitales. Abordamos la ciberliteratura, las web series y los web dramas, los juegos de rol, los video juegos, las series de ficción y animadas y las novelas, así como los microrrelatos. Nos hicimos periodistas para entrevistar a gente que se aventuraba en estas lindes y también para cubrir eventos transmedia.

Hemos aprendido mucho y conocido a creadores muy interesantes. También hemos sacado nuestras propias conclusiones: transmedia es, como el branded content, solo una táctica más para hacernos consumir. Y no literatura precisamente, sino los soportes tecnológicos en los que ha de transmitirse (dispositivos móviles, web, video consolas etc.). Otra conclusión ha sido que ni todo es transmediable ni todo ha de ser transmediado. De hecho, la implantación de la transmedia como nueva forma de narrar está siendo muy desigual en Europa, lo mismo que la del e-book. Solo historias que de verdad puedan evolucionar en el tiempo y mediante distintos personajes tienen un futuro rico y exitoso, como por ejemplo una historia tipo JUEGO DE TRONOS. El género fantástico y la ciencia ficción se llevan la palma: son los que mejor se prestan a crear universos transmedia interesantes y que inciten al consumo de soportes digitales (amén de que los consumidores de este tipo de géneros lo son en potencia de las nuevas tecnologías). Y por último, que el éxito de un universo transmedia depende en gran parte de su poder para captar a gente joven y adolescentes que son quienes más tiempo pasan en la Web 2.0. 

El triunfo de la transmedia no llegará ni por asomo al éxito del crossmedia, que sí que incita claramente al consumo de dispositivos móviles y webs, como es el caso de las series de animación como POCOYO. Ni que decir tiene los problemas que acarrea producir transmedia en un país sin infraestructura legal como España ni grupos con tentáculos en todos los sectores, como sucede en U.S.A. En U.K u Holanda, la tendencia está siendo el de asociarse aquellas productoras que pueden abarcar audiovisual, video juegos y aplicaciones por separado, para lanzar productos competitivos a la altura de los que nacen en Japón y Estados Unidos.  Por otro lado, en ShotWords nos hemos posicionado contrarios a la práctica de crowfunding para nuestros proyectos, por la imagen de proyecto amateur que se tiene en España de los así producidos.

Sacadas todas estas conclusiones, ¿por qué seguir adelante con nuestro universo? Es una buena pregunta... Posiblemente, porque nos ha enganchado la historia que contamos y creemos que solo en transmedia se puede contar. Es más: estamos convencidos de que todas las personas del mundo debería conocer esta historia por el valor cultural que tiene.

Así pues, llega el momento de inflexión. Damos por acabada la bitácora y la investigación llevada a cabo, aunque seguiremos estudiando a fondo y aplicándonos el cuento. Le toca el turno a SINARQUÍA... Que ustedes lo disfruten...

lunes, 26 de agosto de 2013

Moderna de pueblo (y ciudad)

En 2008 una chica de Reus llamada Raquel Córcoles aterrizó en Madrid, probablemente con muchas ideas en la cabeza y poco dinero en el bolsillo, como tantos jóvenes de provincias llevan (o llevamos) haciendo desde hace décadas. De su interacción con el emblemático barrio de Malasaña, sus gin-bars, sus librerías hipsters y sus tiendecitas vintage, surge el personaje Moderna de Pueblo, de inspiración inequívocamente autobiográfica, y que da justo lo que promete: una recién llegada a la gran ciudad queda deslumbrada por la agitada vida “cultureta” que la rodea, aunque no tarda en descubrir los clichés que subyacen bajo tanta “modernez” (eso que ahora se conoce como postureo gafapasta…)

Ha pasado apenas un lustro desde que Raquel desembarcara en Madrid, y su álter ego, creado tal vez como sana terapia para no tomarse demasiado en serio a sí misma, es ya todo un fenómeno que fluye, en continuo proceso de retroalimentación, de las redes sociales al mundo real: casi 100.000 “Me gusta”, 50.000 followers en Twitter, miles de cómics vendidos… Pero esta peculiar rubia, parapetada tras unas gafas de sol Ray-ban de las que no se separa jamás, es de origen humilde: nació del fotolog personal de la autora y dio sus primeros y tímidos pasos en Facebook.

Recuerdo invitar a mis amigos al Facebook, en plan “¡haceos fans de Moderna de Pueblo!”, y mis amigas del pueblo pensaban que las estaba insultando…

Fue la beca de cómic Carnet Jove 2010 la que impulsó definitivamente las viñetas de Moderna de Pueblo: en 2011 empieza a funcionar la web; ese mismo año también ve la luz en formato físico el libro “Soy de pueblo” (de la mano de la editorial Glénat y con la colaboración de la alicantina Marta Rabadán). La obra ha alcanzado la cuarta edición y ya ha sido traducida al italiano.

En 2013 Córcoles da el gran salto: Random House Mondadori publica su segundo cómic, “Los capullos no regalan flores”, centrado en las relaciones sentimentales, y que en poco más de seis meses ha vendido más de 15.000 ejemplares.

Pero, ¿cuál es el secreto de este éxito? Posiblemente la naturalidad, la enorme facilidad con la que esta Moderna de Pueblo, transmitiendo sus propias experiencias vitales, conecta de modo automático con toda una generación. Una generación consumista, adicta al iPhone y víctima de la moda, sí, pero también excelentemente formada y aún así condenada a la eterna precariedad laboral (la propia Raquel, licenciada en periodismo y publicidad, ha deambulado por diversos medios de comunicación, siempre como becaria).

Una generación, la de Raquel, la de la bloguera de moda Miranda Makaroff o la del dibujante Aleix Saló (“Españistán”, “Simiocracia”), que comprende intuitivamente el enorme potencial de Internet en este siglo XXI que está arrancando.

Una generación, en definitiva, que como todas las demás busca la felicidad a su manera, aunque, en palabras de Moderna de Pueblo, “somos románticos que no creen en el amor”.

La fórmula, por tanto, es sencilla, o lo parece: este personaje gusta porque logra una sonrisa empática que ayuda a mucha gente a entender un poco mejor este mundo que nos ha tocado vivir. ¿Acaso no ha sido siempre ésa la función de las historias?