Hoy 31 de julio de
2013, Carmen Pombero, auténtica alma mater de ShotWords, cumple cuarenta años.
Y una cifra tan redonda como esta para una persona tan especial como ella, se
merecía una entrada propia de homenaje. Sé que es un regalo materialmente
pobre, pero en mi caso son las palabras lo que más valoro, y más cuando nacen
del corazón.
El caso es que a
finales del pasado mes de enero Carmen Pombero nos reunió a Daniel Corpas (que
se me ha descubierto como un “socio” genial) y a un servidor para desarrollar
un ambicioso y fascinante (que voy a decir si en parte soy padre de la
criatura) proyecto transmedia. Si bien hasta ese momento ya conocía muchas de
las facetas de Carmen, y tenía constancia de su brillante y exitosa trayectoria
profesional; tan solo tienen que teclear su nombre en Google para constatarlo; no
podía imaginar lo que se escondía tras esa fachada que en ocasiones aparenta
timidez.
Y es que Carmen Pombero
es algo así como una fuerza de la naturaleza. Además de tener un talento
desbordante y una capacidad de trabajo sobrehumana (no, no es peloteo barato,
es que aquí la señora Pombero tiene la capacidad de trabajo de una cuadrilla
entera), lo que más destaca de ella es la enorme energía que es capaz de
transmitir a todos los que la rodean. La ves allí, sentada, aparentemente
tranquila, hasta que la tormenta se desata y se lleva por delante todo lo que
pilla. Dicho desde el cariño, acojona un poco, la verdad.
Pero, por encima de
todo, si hay algo que destaca en ella es su enorme e ilimitada generosidad. Una
generosidad que conmueve, que desarma, que te hace recuperar la fe en el género
humano. En el caso que me toca Carmen me ha dado una oportunidad de demostrarme
a mí mismo que soy capaz de hacer cosas que, por mor de los años y la
experiencia, creía que jamás podría hacer. Me ha regalado un motivo de ilusión
en un momento especialmente difícil. Me ha sumado a mí, un aficionado sin
ninguna experiencia demostrable, a un proyecto creativo de auténticos
profesionales. Un golpe de confianza para el que me faltan palabras.
Tengan todos ustedes
por seguro que a finales del mes de septiembre, cuando esta misma página web se
convierta en la plataforma de lanzamiento del universo narrativo en el que
estamos trabajando, descubrirán un proyecto fantástico. Un universo que si bien
ha surgido de la imaginación y el trabajo de los tres miembros de este equipo y
de otros que poco a poco vamos reclutando para la causa (los universos
transmedia necesitan de profesionales de muy diversos ramos), no habría visto
la luz jamás sin el empuje y la tenacidad de Carmen Pombero.
Dicho en Roman
Paladino, que si bien nos estamos dejando el alma por construir un universo
transmedia que os atrape como lo ha hecho con nosotros, es la figura de Carmen
Pombero la que nos ha “capitaneado” sin necesidad de convertirse en eso tan
odioso que es un jefe.
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