lunes, 13 de mayo de 2013

Entrevista a Gracia Morales, guionista de LA GRIETA


Tal y como os comentamos, hoy inauguramos una nueva sección de nuestra bitácora en la que una vez al mes entrevistaremos a creadores que están ya inmersos en este proceso de cambio narrativo de la Era Digital, que desde este blog analizamos, difundimos y creamos. Nuestro agradecimiento a Gracia Morales y a todo el equipo de este maravilloso proyecto. Muchas felicidades y os deseamos todo el éxito del mundo. 
Gracia Morales, guionista de La grieta.
1.- ¿Cómo y por qué surge La Grieta?
La Grieta parte de una iniciativa de los tres actores: Piñaki Gómez, Larisa Ramos y Antonio Leiva. Fueron ellos quienes contactaron con Pablo Mabe (el cámara y montador), y luego conmigo y con Juan Alberto Salvatierra para involucrarnos en un proyecto que nos permitiera decir algo sobre la situación social que se está viviendo. Después se nos unieron, como piezas fundamentales, Carlos Gil Company, para llevar la producción ejecutiva, y Julio Fraga, como director. Finalmente, se fue completando todo el equipo técnico y artístico: dieciocho personas, más el actor Jorge Molina que se nos unió para el epílogo, todos impulsados por ese mismo compromiso de aportar cada quien su trabajo en este proyecto.
Además de la temática, contábamos con otras premisas previas: sabíamos con qué actores contábamos, por ejemplo, y también teníamos, desde el principio, la intención de solicitar al Teatro Alhambra poder grabar allí. Partíamos así con la intención de ligar lo cinematográfico con lo escénico, teniendo como ejemplo el sugerente  lenguaje de Lars Von Trier en Dogville.
Inmediatamente, el primer reto fue para Juan Alberto y para mí: generar la idea sobre la cual desarrollar el guión. ¿Cómo hablar de “la crisis” de una forma diferente?, ¿cómo proponer una alternativa enriquecedora a lo ya dicho? Ambos teníamos claro que la cuestión no era ni aleccionar, ni dar soluciones (que nosotros no tenemos). Incluso señalar a los responsables o preguntarnos por qué se ha llegado a esto ya se nos quedaba “desfasado”. Había que apuntar hacia otro sitio: lo que queríamos era hacer una reflexión que, sobre todo, apelara a la necesidad de actuar de toda la sociedad. Buscámos que La Grieta, de una forma metafórica, funcionara como una crítica a la pasividad. A partir de ahí desarrollamos esta idea central de un techo a punto de caerse y el abanico de reacciones posibles de tres personajes ante esta situación crítica.
Juan Alberto Salvatierra, co-guionista de La grieta.

Y después llegó el trabajo de componer ya los textos. Juan Alberto, por motivos familiares, no pudo participar en ese proceso. Así que asumí yo este trabajo, a un ritmo muy intenso: fue a mediados de diciembre cuando Juan Alberto y yo concretamos la idea original y para el día uno de enero ya tenía un primer borrador de los seis capítulos. Un proceso de escritura muy rápido, sí, pero es que no había tiempo que perder, pues queríamos que el proyecto se desarrollara en un plazo lo más corto posible.

2.- Eres una dramaturga muy reconocida, con una línea tanto temática como formal muy definida, ¿cómo encaja La Grieta en la obra de Gracia Morales?
Yo creo que en este guión se reconocen algunos de los elementos clave de mi teatro. Fundamentalmente, esa voluntad de hablar de una realidad reconocible y conflictiva, pero usando para ello un elemento simbólico o metafórico, que el lector/espectador debe interpretar. Siempre digo que me gusta in-quietar al receptor: es decir, no dejarlo (ni intelectual ni emocionalmente) quieto.
Además de esto, me parece que también tiene que ver con mi teatro esa falta de una localización espacial o temporal concreta; también la ausencia de elementos “espectaculares”, lo cual provoca que la tensión, la evolución de la fábula, dependa fundalmentalmente de los personajes.
La verdad es que he disfrutado mucho escribiendo La Grieta. Suponía un reto partir de una situación parecida en cada episodio, para producir historias diferentes pero todas verosímiles. Y también estaba la cuestión de la brevedad: la premisa era que cada uno durase alrededor de cinco minutos, así pues se hacía necesario que, en tan poco tiempo, las actitudes de los personajes resultaran creíbles; era como echarse un pulso con el cronómetro.



3.- ¿Ves en este tipo de productos, el ciberdrama, una nueva forma de difundir tu obra, de llegar a más público como está sucediendo en el sector editorial con los libros digitales y la autopublicación?
 Me parece una alternativa, sí.
La verdad es que cuando me metí en el proyecto no pensé tanto en esa cuestión: este formato nos permitía acceder a un público potencialmente más amplio que el que nos ofrece el ámbito escénico, y además se trataba de una opción sin demasiados costes. Era la herramienta más adecuada para lo que queríamos hacer. Así que nos lanzamos a ello, sin conocer mucho este ámbito, la verdad. Pero no teníamos nada que perder…
Creo que ha sido después, cuando ya el proceso estaba en marcha, cuando he sido consciente de la alternativa tan interesante (por lo abierta, por lo interactiva, por lo libre) que este espacio genera.
No obstante, no voy a dejar de escribir teatro “tradicional”. Y seguiré intentando publicar… No me parece que sean códigos contrapuestos, sino que se trata de diferentes alternativas, todas ellas legítimas, cada una con sus pros y sus contras. Así, por ejemplo, es cierto que La Grieta puede ser potencialmente vista por un número muy amplio de espectadores y de lugares muy diversos. Pero, por otra parte,  también ocurre que la red es un lugar de tanta hiperinformación que resulta muy difícil que una propuesta alternativa como esta se haga realmente visible y valiosa en un bosque tan enmarañado.
El elenco al completo en un ensayo de la escena con el director.
4.- Como muchas de las creaciones de este siglo, La Grieta es fruto de un proyecto colaborativo. ¿Cómo habéis desarrollado dicha colaboración?
La colaboración ha partido de la voluntad y el compromiso de las diecinueve personas que componemos el equipo. Cada quien ha aportado su capacidad de trabajo. Por si alguna vez La Grieta recupera la inversión realizada y genera beneficios, hemos creado una cooperativa, Producciones Silcaris, que nos engloba a todos, y hemos consensuado el porcentaje que tiene cada quien, dependiendo de la labor que ha realizado.

5.- ¿Qué dificultades has encontrado a la hora de llevar a cabo este proyecto?
La verdad es que tanto la escritura del guión como luego el proceso de ensayos y grabación ha transcurrido sin problemas. Ha resultado fundamental la colaboración del teatro Alhambra, que nos acogió en su magnífico espacio.
Para todos, ha supuesto una experiencia muy enriquecedora y gratificante. Julio Fraga entendió perfectamente el lenguaje visual, auditivo, interpretativo, etc., que esta historia requería y he aprendido muchísimo viéndolo crear el mundo de La Grieta y dirigiendo a los tres actores, que se han involucrado totalmente en el proyecto. Como todo el equipo, en realidad.
Lo que sí ha sido complicado es la cuestión de los plazos. En todas las fases ha habido que avanzar a muy buen ritmo: la escritura y revisión del guión, los ensayos con los actores, el proceso de grabación (sólo teníamos seis días en el Teatro Alhambra para rodar los seis capítulos), la preparación de todo el material gráfico y de comunicación, el trabajo de montaje y postproducción, que se ha ido haciendo a la vez que ya se estaban emitiendo los primeros capítulos... Piensa que empezamos a grabar el día 11 de febrero y el primer capítulo se presentó en el Teatro Alhambra el día 20 de marzo, en la celebración del Día Mundial del Teatro.
Antonio Leiva y Piñaki Gómez. 
Contar con un presupuesto muy austero, también nos condicionaba, claro. Pero me parece que el esfuerzo y la creatividad de todo el equipo ha terminado supliendo las carencias; de hecho, la escasez de medios ha obligado a generar recursos nuevos, imaginativos, y, finalmente, muy eficaces. No sé cuál habría sido el resultado si hubiéramos contado con más financiación, pero lo cierto es que me gusta esa simplicidad contundente por la que Julio Fraga ha apostado.
Me parece que es ahora cuando llegan en realidad las dificultades; me refiero al esfuerzo por darle visibilidad a La Grieta, por acceder a un radio amplio de espectadores, que no sean sólo los amigos o los amigos de los amigos. En eso estamos, con un equipo de cuatro personas encargándose de la comunicación.

6.- ¿Cómo se financia La Grieta? ¿Esperáis recuperar la inversión?
La Grieta se ha financiado con nuestro propio dinero. No ha sido una inversión muy fuerte, porque, como te comentaba, nadie ha cobrado nada y hemos sido muy comedidos en los gastos. La mayoría de la escenografía y de la utillería ha sido prestada por amigos, familiares o compañías de teatro como Remiendo o Histrión. Ha habido que afrontar algunas cuestiones imprescindibles, claro,  pero el presupuesto ha sido de poco más de dos mil euros.
Ahora es cuando estamos intentando recuperar la inversión. Y ojalá que sí que lo consigamos, e incluso que la gente pueda cobrar algo por el trabajo que ha aceptado realizar desinteresadamente. Pero en realidad la voluntad que nos movió a llevar a cabo el proyecto no era económica, así que nuestra recompensa será, sobre todo, que la serie se vea y que se reflexione sobre lo que proponemos.


Imagen de rodaje.
7.- Todos los proyectos que habitan en la Web 2.0 han de contar con una gran campaña de difusión, ¿cómo habéis gestionado la vuestra?
Hay tres personas que llevan la comunicación: Carlos Gil Company, Begoña Donat y Carmen Herrero. Los tres cuentan con bastante experiencia en el ámbito de la comunicación cultural. De hecho, se conocieron hace unos años realizando un Postgrado sobre esta cuestión. A ellos se suma un diseñador gráfico que también ha realizado la web, Luis Montero.
El esfuerzo de difusión es importante, sí, tanto online como offline: mailings, facebook, twitter, blogs y portales sobre webseries, notas de prensa, festivales… Se está trabajando en todos los terrenos que conseguimos abarcar. También se ha realizado alguna proyección aquí en Granada, con encuentro posterior con el público, y se está organizando un encuentro virtual a través de la red, con los actores, el director y yo misma. Además, se ha contactado con varias cadenas de televisión y ahora mismo La Grieta se está emitiendo en la plataforma de series online para nuevos talentos de Antena 3 “El Sótano”. Y ahí seguimos… También estamos trabajando en la creación de subtítulos al inglés y al francés, lo que nos permitirá presentar el proyecto en Festivales de webseries, tanto nacionales como internacionales. El camino es largo.
Julio Fraga, director de La grieta.
8.- ¿Qué futuro le ves al ciberdrama?
Me parece un ámbito de investigación muy interesante, sí. Por las puertas que abre, por las posibilidades que genera. Me parece un espacio creativo por explorar, que nos puede permitir contar nuevas historias o contarlas de un modo nuevo. Y esa es una de las funciones de lo artístico, ¿no?
No obstante, también soy consciente de que algo se pierde con lo virtual: esa presencia del actor, ese diálogo inmediato entre la escena y la sala que se produce en el aquí y el ahora de una representación teatral. Renunciar a eso implica un sacrificio importante. Por lo tanto yo te diría que le auguro un rico y largo futuro al ciberdrama, pero que, a su vez, no podemos convertir este formato en un sustituto de lo que, irreemplazablemente, nos aporta la vivencia del teatro.


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